El consumo de tabaco es la primera causa prevenible de enfermedad y muerte a nivel mundial. Además del potencial de daño que genera a la salud de sus consumidores, también es un problema para la industria tabacalera (IT) ya que, usado correctamente, el cigarro mata a más de un tercio de sus consumidores.
Esto le implica a la IT tener que renovar constantemente su base de consumidores y pelear en contra de las regulaciones que buscan desincentivar el consumo de tabaco. Para enfrentar estas situaciones, la IT impulsa constantemente innovaciones tecnológicas que aparentan disminuir los riesgos causados por fumar.
Su intento más reciente son los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) también conocidos como vapeadores. Estos han sido publicitados como dispositivos que prometen ser una opción de consumo más segura que el cigarro combustible. Sin embargo hasta el momento, la evidencia científica existente no alcanza para determinar si, en efecto, los SEAN son una opción de consumo más segura.